Flores de la noche

En este espacio de hechizos y secretos, quiero compartir con ustedes mi forma de trabajar y algunos detalles que considero esenciales para comprender el arte que manejo.

Mis fundamentos: Dentro de mi práctica, algunas de las bases más sólidas que me acompañan en mi camino son el Hoodoo, la Demonología y el Espiritismo. Estas disciplinas, con raíces ancestrales, me permiten entretejer energías que dialogan con el universo, para que escuche nuestras oraciones. Mi método no es rígido; es versátil, como el agua que llevo dentro. Creo fervientemente que el universo habla un único idioma, un lenguaje que solo aquellos que caminan entre mundos astrales y terrenales pueden descifrar. Cada quien lo comprende a través de sus propias metáforas, y esa diversidad es lo que nutre este sendero, mi sendero. Cada trabajo que realizo está impregnado de influencias diversas y poderosas, siendo único para llevarte hacia tu destino.

Mis fuerzas: Algunas de las deidades y entidades con las que trabajo y con las que establezco una profunda conexión son Afrodita, Pombagira y la Santa Muerte, entre otros. Me reservo mi derecho a mencionar lo justo y necesario para su entendimiento. Sus presencias guían las energías hacia el verdadero amor, la valorización personal, la abundancia económica y la serenidad. Además, su influencia permite la depuración y protección de las energías, asegurando que solo lo puro y positivo se manifieste en los trabajos que realizo.

El silencio como escudo: No hablo mucho de mis prácticas ni de los rituales que llevo a cabo. Para mí, el secreto es un acto de protección, una capa invisible que resguarda mi conexión con los espíritus que me guían. Cuanto más cerrado y oculto sea el camino, más leales y fuertes se vuelven las fuerzas que me acompañan. Mis danzas espirituales no son para ser observadas ni comprendidas por ojos ajenos, pues lo que sucede en la penumbra crece con el poder y propósito que mi respeto engendra.

Sobre los trabajos oscuros: La oscuridad no es un juego, ni un recurso que utilizo por mero placer. Trabajo con respeto absoluto hacia las leyes universales, pues todo lo que damos al abismo que tanto he recorrido regresa inevitablemente a nosotros. Debes saber que toda acción tiene una reacción, y no me interesa ser el desencadenante que haga caer a alguien en las profundidades más sombrías y dolorosas, a menos que las circunstancias lo demanden.

Justicia, no venganza: Mi Magia Oscura no está hecha para quien busca destruir sin razón, pero siempre estará disponible para quienes necesitan ser la reacción justa frente a una acción injusta. En estos casos, tienes el derecho absoluto de buscar justicia por mano propia o, si lo prefieres, por mano bruja. En este equilibrio de energías, no hay perdón ni olvido, solo la certeza de que las fuerzas que invoco responderán a tu propósito.

El precio del trabajo: Todo trabajo tiene un costo, porque cada acción requiere un intercambio energético justo. No trabajo de manera gratuita, ya que no pretendo quedar en deuda contigo ni que tú quedes en deuda conmigo. Cuando un vínculo energético queda abierto sin resolución, lo percibo claramente, pues la energía no miente. Las filtraciones que no se alinean con mis valores son una carga que no estoy dispuesta a asumir. El intercambio es la clave para mantener el equilibrio entre ambas partes y con las fuerzas que invoco.

Recuerda que mi camino no es solo mío, es un diálogo constante con las energías que habitan entre los mundos. Lo que hago no es azaroso ni trivial; cada hechizo, cada consulta y cada palabra llevan consigo un propósito profundamente pensado y tejido con precisión.

Este es mi arte. Este es mi abismo. Si decides adentrarte en él, hazlo con claridad y propósito, porque las sombras no se prestan a la indecisión ni a la duda.